Familia Enríquez y Carvajal




Nobleza de Villarrubia de Santiago y personas importantes en la larga historia de nuestro pueblo. Estas familias de aristócratas se codeaban con las más altas esferas, considerándoselas personas de confianza afines a sus majestades los Reyes, cual fueran en su momento.

Don Manuel Enríquez y Luque, VII marqués de Villacastel de Carriás, nace un 28 de Enero de 1861. Hijo de Don Manuel Enríquez y Sequera (Aranjuez) y de Doña María del Carmen Luque y Patiño (Cabra), prima hermana del Marqués de la Corona, de la cual hereda título nobiliario.

Don Manuel contrae matrimonio con Doña Maria Josefa de Carvajal y Saavedra un 16 de noviembre de 1887 y de esta unión nacen cinco hijos: María de la Asunción (1888), Manuel (1890), Luisa (1893), María del Carmen (1895) y María de los Milagros (1897).


Doña Josefa muere a temprana edad, María del Carmen, nuestra protagonista principal, contaba entonces con trece años, haciéndose cargo de los cuidados de ella y de sus hermanos la madre de Don Manuel, doña María del Carmen Luque.

Cuando la familia venía a Villarrubia se alojaban en la casa de la calle el Cristo n° 38, en frente de "el tío Carralero".

Todavía hay personas en el pueblo que recuerdan oír contar como salían de esta casona para ir a misa a Doña Carmen con toda la prole de nietos.

Don José Fernando de Carvajal-Vargas y de Queralt, III Duque de San Carlos y su esposa doña Asunción Patiño Carrasco, hermana del Marqués de la Corona, eran los propietarios de esta casa-palacio, done hoy en día todavía existe una llave en una puerta interior supuestamente de entrada a una capilla que tiene gravadas las iniciales S.C.

III Duque de San Carlos

El escudo que luce en la parte de arriba de la puerta principal no se sabe a quién puede pertenecer, pero si es cierto que todos sus símbolos se refieren a una persona con condición de héroe, generoso y grandeza.

El actual Duque de San Carlos no tiene ningún tipo de información de que este edificio perteneciera a su familia en algún momento, "este matrimonio eran tíos de la "duquesa" por parte de los cónyuges. Posiblemente esta casa palacio fuera propiedad de la familia de los Marques de la Corona".

Doña María de la Asunción Enríquez Carvajal, VII Marquesa de Villacastel, hermana mayor de Carmen, la cual heredera esta casa, junto a su marido don Jacobo González Arnao, Marqués de Casa Arnao y Caballero del Cuerpo Colegiado de la Nobleza de Madrid, pasados unos años venden una parte de la casa a la Asociación Cultural y Deportiva, "La Fraternidad" y el resto a don Julián Sánchez-Escribano. Esto sucedía el 15 de Mayo de 1925.

María de la Anunciación González-Arnao y Enríquez, hija de la VII Marquesa de Villacastel con niñas del pueblo.


Doña Carmen Enríquez y Carvajal, "la duquesa" era aquella señora que llevaba pantalones ,¡pantalones de flores! o de montar con sus botas y el resto del atuendo a juego, cuando en el pueblo a ninguna mujer se la pasaba siquiera por la imaginación ponerse alguna prenda parecida.

El titulo con el que conocemos a doña Carmen "la duquesa", no es real, ya que ella no poseía título alguno, este era solo un apodo puesto cariñosamente por los villarrubieros, debido a su relación tan estrecha con sus tíos los Duques de San Carlos.

Casi se consideraba un evento cuando la "duquesa" visitaba Villarrubia. Le gustaba ir al bar "El Pombo" a tomarse su café acompañado de su palomita de anís, mientras tranquilamente leía el periódico fumándose sus cigarrillos Peninsulares.

Su residencia oficial la tenía en Madrid en la calle Barquillo n°11, esta calle está situada en lo que se llama la zona noble de la capital, cerca de la Plaza del Rey, en un bonito edificio señorial, donde también vivió el famoso político don Joaquín Costa, tiempo atrás residió en la pensión Habana, ubicada en la Carrera de San Jerónimo, Madrid.


Todas las personas que conocieron a doña Carmen la describen como una mujer solitaria, a la que no la importaban las reglas y normas marcadas por la sociedad de aquellos años del puritanismo.

Ella vivía en su mundo, mundo que para muchas personas era casi motivo de rebeldía. La "duquesa" cuando estaba en el pueblo tenía a su servicio a la "tía Conce la Lobita". A doña Carmen la encantaba sentarse delante del fogón en casa de la "tía Conce", contemplando en silencio como ardían los tarugos de leña lentamente, en algunas ocasiones la invitaba a comer, accediendo encantada a compartir el escaso guiso que cocía en el puchero al calor de las ascuas. El salario que esta buena mujer percibía por sus servicios y detalles era de dos pesetas mensuales.

A la también hermana de Carmen, Doña Luisa igualmente se la recuerda en Villarrubia. Fue madre superiora en un convento de los Sagrados Corazones de Jesús en Madrid, ella más joven que doña Carmen se encargaba de su bien estar los últimos años de su vida.

Doña Carmen Enríquez y Carvajal, fue encontrada cadáver en condiciones lamentables en su casa de la calle el Cristo n°38 el día 28 -12 -1976 a las 12 horas, siendo enterrada en el cementerio de San Justo en Madrid.



Durante la búsqueda de información para utilizar e intentar ampliar/documentar este artículo, me encontré con un muy curioso detalle. En la página 138 del libro "Los descendientes de Cristobal Colón - de Rafael Nieto y Cortadellas (1952)", podéis encontrar un poco más información tanto de de la familia Enríquez y Carvajal, como del resto de la genealogía.

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Fuente principal: Libro de Fiestas Patronales 2012.

Música: Vals Poético (Felipe Villanueva) - James Pullés, piano


1 comentario:

  1. Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Toledo. 3/4/1920. Misión en Villarrubia de Santiago. Con la aprobación de nuestro Emmo. Prelado, se ha celebrado en esta localidad una «Santa Misión», dirigida por los Reverendos Padres Redentoristas José Dardo y Francisco Echevarría, durante los, días 25 de Febrero al 4 de Marzo. Entusiasta fue el recibimiento de que fueron objeto a su llegada al pueblo por parte de todo el vecindario, al frente del cual se encontraban sus dignas autoridades representadas por el Alcalde D. Jenaro Valencia, Teniente de Alcalde D. Benito Zamorano, el digno Juez D. Ángel Pérez, los ilustrados Maestros de esta villa D. Cirilo Cantero y D.ª Carmen Jiménez, los acaudalados propietarios D. Miguel de Lara y D. Leopoldo Serrano y otras distinguidas personalidades, que con su presencia dieron realce al acto. Los Padres Misioneros fueron alojados en el magnífico palacio de la Excma. Sra. Marquesa de Villacastell , gran protectora de las obras católicas de este pueblo, y que generosamente le cedió para estancia de los Rvdos. Padres durante su permanencia en ésta. El hermoso templo parroquial se ha visto todas las noches totalmente lleno de fieles, ansiosos de escuchar la palabra de los infatigables misioneros, que durante los días de la «Santa Misión» han realizado una labor verdaderamente apostólica. Solemne fue la comunión general de niños, verificada el 28 del pasado mes, en la que más de cuatrocientas almas infantiles se acercaron á recibir el pan de los Ángeles, después de haber sido preparados por los Rvdos. Padres, con la cooperación de los católicos Maestros de esta villa, que en pro del buen éxito de la Misión, han trabajado con un entusiasmo digno de todo encomio. Como último acto de la Misión, y como digna corona de ella, hemos de reseñar la solemne procesión verificada el día 4 del presente mes y que recorrió las principales calles de la población con la asistencia de un numeroso concurso de fieles, que dieron elocuente prueba de su fe católica. Quiera Dios y la Virgen del Castellar, bajo cuyo patrocinio se cobija el pueblo, consolidar los abundantes frutos obtenidos en la Misión, y hacer que ésta sea la aurora del despertar de esta villa á sus antiguas tradiciones católicas, que le hicieran uno de los pueblos más religiosos de la comarca.

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